Al final de Peter y Wendy, la niña le promete a Peter Pan que no crecerá, que será una niña para siempre.
Unos años más tarde conocemos a otra niña. Ruth Kenthon tiene 13 años, lee a todas horas y vive en Londres. Una noche la despierta la inesperada visita de un niño en busca de su sombra perdida. Ruth, su hermana Kate y Peter emprenden el viaje a Nunca Jamás, el lugar ideal para afrontar el miedo a crecer, al olvido, al amor y a la muerte. ¿Puede la promesa de una niña dictar el destino del País de Nunca Jamás? ¿Es verdad lo que cuenta Peter sobre la isla? ¿Quedan piratas por combatir e indios a quienes salvar? En la traición de Wendy se encuentra la clave de todas estas preguntas, pero como Wendy haya crecido no habrá vuelta atrás.
Una novela oscura que ofrece múltiples preguntas y respuestas, sorpresas, lágrimas y corazones encogidos.
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domingo, 10 de abril de 2011

Peter cumple 100 años

Sí, este año, lo cual me viene estupendamente.
Me dice una amiga bibliotecaria que entre los packs de libros-aniversario que envían a bibliotecas y entidades públicas, hay un ejemplar de La traición de Wendy. Además, el mes pasado me realizaron una entrevista para el especial que preparaba la revista Leer. Aunque al final esto quedó en una mención y poco más, os dejo a continuación la entrevista completa, por si a alguien le interesa a estas alturas. En cuanto tenga las fotografías de la revista, las subiré aquí para los curiosos.
Por cierto, ésta es la portada en cuestión:


ENTREVISTA



1. ¿Por qué decidió escribir una “contranovela” sobre Nunca Jamás?
En realidad la premisa era bastante simple: reescribir Peter Pan y Wendy en clave de terror. Fue más adelante, cuando la aventura había tomado vida propia, cuando Ruth ya estaba en Nunca Jamás, cuando descubrí que no bastaba con la propuesta de una contranovela, sino relacionar la original con la aventura de mis protagonistas. De hecho, una vez acabada comprobé que La traición de Wendy no es sólo una continuación. La definiría mejor como una consecuencia de lo que sucede al final del clásico de Barrie.

2. ¿Cómo define al Peter Pan de su novela? 
Es un niño triste, pero no lo sabe. Es un niño que ha vivido experiencias que sólo pueden asumir los adultos, de modo que ha perdido esa mirada limpia e ingenua que tenía. Muchos lectores lo odian, pero sigo convencido de que no es más que la víctima de la novela, el único que sale perdiendo. Después de todo, él sólo quiere que la noche en Nunca Jamás junto a Wendy no acabe nunca.

3. ¿Cómo se documentó en relación a James Matthew Barrie y su obra para escribir La traición de Wendy?
Obviamente, lo primero que hice fue leer Peter Pan y Wendy, una historia que todos conocemos, aunque nadie recuerda. A ello me llevó un directo de Ismael Serrano de su disco La traición de Wendy, donde contaba el final de la novela: usé los títulos de las canciones como capítulos de mi novela. Después de escribirla, claro está leí Peter Pan Rojo Escarlata para ver cómo había planteado su autora la posible continuación. También utilicé información, donde hay muchísimos estudios y curiosidades sobre Peter Pan y Nunca Jamás que me fueron bastante útiles.

4. ¿Cómo le influyeron las películas -cuáles- sobre Peter Pan? 
En cuanto al cine, traté de huir de al versión edulcorada que hizo Disney, ya que me interesaban más los aspectos oscuros o dramáticos de la obra. Es obvio que Hook, por la idea de reinterpretación de la novela, estaba presente en todo momento, pero en cualquier caso aposté por otros referentes: literarios (Poe, Lovecraft, El señor de las moscas…), televisivos, cinematográficos (American beauty), musicales (Nina Simone, Vetusta Morla, Ismael Serrano…). Considero que la literatura no se entiende sin las demás formas de arte.

5. ¿Cuál es su opinión sobre el mito de Peter Pan?
Creo que Peter Pan establece las bases de muchos personajes literarios imprescindibles —el primero que me viene a la mente, por el miedo a crecer, es Holden Caulfield—, pero es que además en la actualidad, sobre todo en España, la niñez-adolescencia se está prolongando hasta bien entrados los veinte años en lo que podemos considerar el socorrido “síndrome de Peter Pan”, esto es, la negación a madurar. También sienta Barrie, junto a otros autores como Carroll, las bases de la literatura infantil: personajes inocentes, tono mágico, mirada limpia…

6. ¿Y sobre Peter Pan Rojo Escarlata?
Leí Peter Pan Rojo Escarlata poco después de concluir La traición de Wendy, aunque había oído sobre él bastante antes. Hay que tener ene cuenta que Rojo Escarlata es el resultado de un concurso público en el que cientos de obras compitieron por convertirse en la continuación “oficial” de la novela de Barrie. No obstante, creo que no logra captar la magia que desprende la original, aunque el tono infantil está muy logrado. Tiene ideas muy bien llevadas, aunque otras no tanto. Por ejemplo, no rompe con el origen de la historia de Peter Pan, cuando mi intención era todo lo contrario: romper con el tono, con las relaciones entre los personajes y narrar una historia honesta. Eso es, creo que La traición de Wendy puede gustar más o menos, pero desde luego se trata de una historia honesta.

sábado, 22 de enero de 2011

Resucitarlos

No hablaré de zombies, fantasmas y otras falacias. Voy a hablar de libros. De sus cortas vidas, de su tristeza. Hay en el mundo miles de millones de libros que no tenían que haber nacido. Libros que alguien compró, leyó y dejó en un estante, y ahí están. Libros que ni siquiera leyeron y están en su estanque. Libros maquetados para decorar estanterías, a cuyos secretos y tesoros permanecerán ajenos sus dueños. Mientras tanto, hay en el mundo miles de millones de personas que no saben o no tienen la ocasión de poseer un libro.

Siento fascinación por las bibliotecas. Esos templos de papel llenos de libros aventureros, vividos, sufridos. Libros que la gente ha leído y releído, que han acompañado a gente a viajes maravillosos. Yo los he llevado por compañeros de viaje a Swansea, a Budapest, a Bristol…a todas partes. He leído libros enteros en trenes y aviones. Les he devuelto la vida, los he impregnado de olores y manchas. Porque estoy de acuerdo en que los libros nuevos huelen bien a papel y cloro, a tinta… menuda fragancia. Pero los libros de las bibliotecas son especiales. Esos, y los de las tiendas de intercambio. Ayer mismo descubrí una en Granada y no olía asépticamente como las cadenas de librerías y los grandes almacenes. Ahí olía a libros que habían sudado, guardado polvo, viajado más que yo, libros que habían desgarrado el pecho de personas a las que nunca veré, libros que han conocido a gente que ya murió hace tiempo… es maravilloso.

Muchos de esos libros, además, están manuscritos. Y doblados, y rotos, y sucios… Desde luego, no seré yo quien afirme que eso está mal. Me gusta a veces encontrar libros en la biblioteca que tienen notas de otros lectores, e incluso impresiones al comienzo o al final. Yo también lo hago si un libro me marca. Lo hice con Matar un ruiseñor y El guardián entre el centeno, por ejemplo. Escribí algo en ellos, reforcé algunas de las notas y corregí ciertos comentarios. En un acto de vanidad sin precedentes, vi el ejemplar de La traición de Wendy que hay en la Biblioteca de Granada y lo cogí para comprobar si alguien lo había leído. No recordaba que en las bibliotecas de la ciudad ya no se estila la fichita con todos los lectores en primera página, pues ahora todo se ha automatizado (menudo aburrimiento, qué poco romántico). No obstante, cuál fue mi sorpresa al encontrar marcas de lápiz en la nota aclaratoria del comienzo. Al principio me indigné, pues pensé que esas líneas eran comas donde yo había puesto puntos (sé muy bien que en ocasiones abuso de las frases lapidarias y cortas). Así pues, eché un vistazo por encima para verificar si había más escritos. No encontré nada hasta la última página, donde en la esquinita superior izquierda alguien había escrito una serie de números. No hay que ser ningún Einstein para saber que los números remitían a las páginas del libro, y en todas esas páginas encontré señaladas pequeñas citas que a alguien le habían parecido curiosas, o interesantes o imprescindibles, nunca lo sabré. Yo no creía en eso de las citas de los libros hasta que empecé a señalarlas. El resultado de la búsqueda en La traición de Wendy es el siguiente, página a página:





• 7: “Pero hay dos corrientes: la pesimista dice que si todo está hecho, para qué intentarlo; la optimista dice que todo es una copia, una compilación de cosas que ya existían.”

• 51: . “De algún modo se dio cuenta de que las lágrimas también se agotan con el abuso.”

• 123: “nunca os amilanéis delante de un hombre porque en las mujeres está la vida.”

• 164: “Alguien dijo que Dios no debería permitir que nadie muriera si no era en un día de lluvia, porque son los únicos lo suficientemente tristes para cargar con el peso de las muertes.”

• 188: “Las promesas, ésas son el único tipo. Si una promesa se cumple, es una promesa. Si no se cumple, no existe y por tanto no es nada. Las promesas se hacen para cumplirse. Si una promesa se cumple, es. Si no, no es promesa ni es nada.”

• 231: “A las personas que cuando de niños leen mucho sólo les quedan dos opciones en la vida: volverse locos o escritores, que es una forma camuflada de locura.”

Como veis, citas para todos los gustos. La cuestión no está en la improbable calidad de éstas, sino en el mismo hecho de que existan, de que alguien se haya tomado la molestia de hacer de la novela una parte de sí misma, un apéndice que le devuelve la vida a un libro que, de no ser por sus lectores, estaría abocado a tragar polvo por los siglos de los siglos, y no hay cosa más triste que un libro en toda su capacidad al que tratan de inútil.

Por eso desde aquí os animo a que compartáis vuestros libros, los prestéis a amigos, los regaléis una vez leídos (yo llevo dos años regalando para Navidad y cumpleaños mi monstruosa [en todos los sentidos] biblioteca con tal de darles una segunda vida a mis pequeños amigos de papel). Es tan fácil como eso, o ir de vez en cuando a la biblioteca, llenar la mochila de libros y llevarlos al parque, a casa, a clase… en definitiva, a que vean mundo.

domingo, 16 de enero de 2011

Roo habla de La traición y de mí

A veces, cuando no lo sabemos, hay brujas que hablan de uno y a él le pica la oreja. Roo es una excelente escritora, una persona envidiable y una amiga perfecta. Y habla de mí, y a mí se me pone cara de tonto. Para ver lo que tiene que contar, pinchen en la foto:

martes, 9 de noviembre de 2010

sábado, 6 de noviembre de 2010

Entrevista en La Biblioteca Imaginaria

Os redirijo a ella, que les ha quedado muy mona. Reincido en el entusiasmo de Pedro, el autor de la entrevista y de la reseña que colgué antes. Para llegar a la entrevista, clicad aquí

viernes, 24 de septiembre de 2010

Eutopía 2010

Hace un año fui a Córdoba a unos conciertos enmarcados en el maravilloso Festival Eutopía, un lugar donde tienen cabida la literatura, el cine, la música... todas las artes escénicas y no escénicas. Pude disfrutar de Love of Lesbian antes del boom, de Vetusta Morla en pleno boom y de otras bandas estupendas. Fue una noche de música y amistad inolvidable.
            ¡Bendita sorpresa la mía cuando me invitaron este año! Pensar que hace un año iba como espectador y éste como invitado ya podía suplir todas mis expectativas, pero además me incluyeron en una exposición junto al resto de ganadores del Certamen Desencaja 09. Tuve así la ocasión de disfrutar de nuevo de la compañía de otros premiados y conocer al resto: Virginia Aguilar (poesía, con quien ya había coincidido otras veces), Cristina Martos (cómic/novela gráfica, excepcional Medusas y ballenas), Pablo Trenor (fotografía: la memoria, la noche), etc. También pude visitar a mi amiga Belén, con quien últimamente no he podido coincidir cuantas veces me hubiera gustado. Pasamos un día, porque en realidad sólo estuve en Córdoba un día, estupendo y pude ver a mi amiga y poeta Ana Castro, que me presentó a María González, que recientemente ha publicado El año en que murió Jean Genet. Esa noche estuvimos de cervezas por la noche cordobesa y lo pasamos bien. ¡Feliz día!
          El domingo por la mañana tuvo lugar la inauguración de la exposición Desencaja de parte de los responsables del Instituto Andaluz de la Juventud. Aquí os dejo unas fotillos del acto, aunque os adelanto que es imposible expresar lo que se siente al ver tu texto expuesto en una pared TAN grande y TAN verdad... Una pasada: siempre que podáis, visitad   Eutopía porque vale la pena.




Con Belén, un amor (lo nuestro)
¡Olvida a la maldita Wendy! Seré "desenamorable"

miércoles, 18 de agosto de 2010

Presentación: Bélmez de la Moraleda

La traición de Wendy ya se ha presentado en Antequera, Sevilla, Jaén y Granada. Ha llegado al fin el turno de traerla a casa, donde vio la luz una tarde de agosto o septiembre de hace tres años. No obstante, la primera vez que escribí sobre "la traición de Wendy" como hecho, como dolor, como puñalada certera fue hace cuatro años, al comienzo del blog, cuando era inocente y romántico y creía en el amor y en las historias atemporales. ¿Quién salva a Peter?, me preguntaba, y aún no sabía que la pregunta era: ¿quién salva a Jose? Y a Ruth, ¿quién?
Con el paso del tiempo (¡otra vez el tiempo, el crecimiento, envejecimiento!) encontramos respuesta a muchas de estas preguntas. Ahora que lo pienso, la piel que se arruga del Peter que creció es mucho más evocadora que toda la novela que escribí unos años después.

Qué ganitas de presentación. Esta tarde, a las 8, en el Parque del Nacimiento. Aunque me la joda la lluvia...

jueves, 1 de julio de 2010

La cueva de Jose


SPOILERS GORDOS

Vamos al capítulo 3 de la novela. A "Cien días". A la cueva. A mi cueva...
Escribir La traición de Wendy fue fácil. Venderla, también. Después de todo, bastaba con coger la historia original y reescribirla dándole un toque macabro-oscuro-terrorífico. Por tanto, los ingredientes ya estaban ahí: Peter, Nunca Jamás, indios, Campanilla, polvos mágicos, etc. Fácil. Pero no existía una cosa. No existía la cueva. La cueva es la locura y la primera certeza de que Peter Pan está loco. La cueva supera con creces el resto de lugares en la isla. ¿Por qué? Porque su terror no es del tipo de terror que te hiela el pulso, sino del que te incomoda porque es plausible. Después de todo, queríamos una historia honesta, ¿no? Y con toda probabilidad el capítulo se trata de un batiburrillo de lugares comunes y escenas grotescas de otras obras. De esto me he dado cuenta a posteriori: las uñas en las paredes de roca ya aparecían en El silencio de los corderos; la lengua negra por la sed, en El médico (Noah Gordon), y me da que para el resto de elementos no hay que investigar demasiado.
Los seres humanos hoy en día estamos tan tan TAN acostumbrados al horror que un pozo escupiendo cadáveres de niñas en descomposición puede que nos deje indiferentes. O las ratas corriendo entre los cuerpos, las calaveras que sirven de cuencos... Sin ir más lejos, la semana pasada nadaba en el mar cuando, a veinte metros de la orilla, vi algo flotando y resultó ser la piel entera de una berenjena. También vi un poco más tarde otra cosa flotando que resultó ser el lomo de... ¡espera, un rabo largo y patitas!... una puta rata muerta. En el agua, a un metro de mí, sí. Huí horrorizado, nadé como nunca. ¿Eso da miedo? ¿Una rata ahogada da miedo? No, da asco, da tanto asco que nos parece miedo. La cueva es una sucesión de asco y desesperanza. Las vidas de las niñas que se apagan lentamente, como la batería de un móvil olvidado en un cajón. Las apariciones de Peter Pan loco, sus amenazas, los berridos de Desdeñoso. Hay muchos ingredientes para darle forma al miedo: cosas tan elementales como la desnudez, como la escatología, el devenir de la materia que se descompone. Pero recordemos que siempre hay algo peor. Cuando me encontré la rata lo primero que hice fue nadar, y una vez en la orilla, cuando se me habían pasado las ganas de vomitar y el corazón me latía con ritmo reposado, en ese momento pensé, y disculpen la frivolidad: "Podía haber sido peor, podía haber sido un bebé".
¿Veis? Siempre cabe algo peor. Por eso cuando Ruth salió de la cueva me sentí muy perdido, tanto que volví a ese lugar, a ese infierno en varias ocasiones. Porque después de la locura no cabe más que cierta lucidez. O volver a la locura. Total, que cuento esto porque todo el mundo menciona el capítulo tres con especial énfasis, y me alegro porque puedo decir que la cueva es 100% mía: hay a quien le encantó el capítulo, a quien le horrorizó y hay quien tuvo que dejar la lectura a esa altura del libro (hechos probados),y en mi caso, amigos, he de decir que me fascina. Pero es mi culpa, ya que estoy curado de espanto y si eso ha salido de mi mente, cosas peores puedo crear. No me horroriza nada. A ese punto hemos llegado. Ahora bien, decidme que ese apartado en el capítulo dedicado a la escena de la muerte de Belle no valía la pena tras un subcapítulo de seis o siete páginas de infierno. Eso es un golpe de efecto. El pozo...
Ay, el pozo.

martes, 29 de junio de 2010

Hoy hablan de mí en...


... el blog Stultifer. No sin mi cámara, gracias a que les envié la foto que ilustra el post. Aún me da vértigo ver mi nombre o pseudónimo, vale, o el título de mi bebé en cualquier parte. Algún día me acostumbraré. Aunque para ser sinceros, espero que no.

miércoles, 23 de junio de 2010

Críticas sobre La traición de Wendy

Las primeras que recibo vienen de mano de amigos principales, aunque amigos relacionados con el ámbito literario de un modo más directo o indirecto. Advierto que pueden contener (y contienen) detalles del argumento:


La escritora Pilar Gil, sobre La traición de Wendy:

Ayer leí La Traición de Wendy. No soy la más indicada para hacer crítica literaria en este caso, porque la amistad, la admiración y el orgullo normalmente emborronan el juicio o en todo caso, por mucho que jures que lo que dices es cierto y (casi) objetivo, los demás no se lo creen. De todas formas lo intento, a ver si esta es la buena:
Me escandalizó la capacidad del autor, tú capacidad José Alberto Arias de convertir el paraíso en un infierno (“si te pierdes aquí estás bien jodido”) de carne, tierra, olor a podrido, sangre coagulada y depravación. También dientes. Peces con dientes. Sirenas hambrientas.
Pero ¿¿que has hecho hombre de Dios?? esa metáfora hiperbólica y obstinada: creces y creces. O te mueres. O se te comen el corazón o te lo comes tú.
El contraste entre el tono infantil de la narración y el Straubiano ambientillo de las descripciones es lo que me mantuvo pegada al libro. Salvaje.
Dices que querías escribir “una historia honesta”, creo que además es extraordinaria. Felicidades, el Premio Andalucía Joven Narrativa 2009, que lo avala es absolutamente merecido.
Y a partir de aquí todo puede empezar a sonar exagerado, así que solo os digo que lo compréis (que es lo que se hace con los libros) y lo disfrutéis.


Y lo mismo, pero según mi querido amigo, escritor e "hispanista" Álvaro Sergaleón:

Voy a ser breve y poco filólogo que estamos en verano.

La elección del título es inteligentísima: poético, meta literario, sonoro, y con conexión a arquetipos ya de la cultura como lo son Wendy y Peter, que inevitablemente está en el título, aunque invisible pero muy presente porque a quién sino iba traicionar Wendy.

El formato exterior de la edición y la reseña de la contraportada mienten un poco. Puede parecer una novelita infantil (no hay que olvidar las dimensiones de literatura infantil del original de Barrie) y no traduce el trasfondo sangriento de muchas de las partes del libro, algunas expresiones del lenguaje, y alguna que otra escena gore. El lector (incluso infantil) puede ir buscando algo que no es. Muchos amigos artistas piensan que esto es interesante. A mí no me gusta: es hacer trampa. Pero eso es trabajo de editor. Y en realidad lo ha hecho bien: formato comodísimo, buena letra, ilustraciones vistosas… etcétera.
Ya la obra original de Peter and Wendy contiene un trasfondo siniestro. Utilizarlo como herramienta y núcleo de una contra novela es algo interesante. Durante la obra utilizas imágenes duras físicamente para impactar y esa herramienta funciona en muchas ocasiones pero en muchas otras, en muchas, creo que abusas. La parte de la cueva es buena, la mejor de toda la obra, en ella tiene sentido lo duro, pero…francamente conviertes esta baza en algo fácil y rutinario, perdiendo así la aportación de “terror”, siendo así una casquería sin impacto alguno porque vivimos en la era del imagen y la violencia visual es pan nuestro de cada día.
Magistral la búsqueda de WEEEEEEEEEE-EEEEEEEEEEENDY del esclavo demente de Peter. Eso sí que capta lo oscuro de la versión tiránica del Nunca Jamás de Peter. Las sirenas cazadoras también son un acierto. La maldad en Nunca Jamás tiene que ser más sicológica no física pues es un mundo que nace de la imaginación.
¿Esclavizar a niños en las minas de Nunca Jamás? ¡Me encantó! Tiene muchas lecturas. Al igual que las descripciones que haces en la misma. Geniales.

Por cierto, la novela se lee sola: rápida y sin complicaciones.

El final de Buenos Aires no me gusta nada. Me corto mucho el rollo. Me da la sensación de postizo y artificial como un poner por poner. Al igual que los tonos metaliterarios del mismo…esa historia me parece fácil, tópica…Al igual que el golpe heroico de la nueva Wendy cerrando la ventana…
¿Los personajes que más me gustaron? ¡LOS INDIOS! ¡LOS INDIOS! Me ilusionaron muchísimo. Esa parte de la novela ¡me fascino!
¿Los personajes que no me gustaron? La otra Wendy, la abuela escritora… vamos, esa parte, como ves, no me gusto nada. Ruth, la de Nunca Jamás, sí me gusto. Esas heroínas tan televisivas…sabes que a mí también me gustan. Pero ¿Peter escribiendo cartas? No. ¿Peter sabía escribir? ¡Peter NUNCA JAMÁS escribiría así!
Me leí la novela como el que bebe agua fresquita….agradable, agradable de leer, sencilla y, sin duda, entretenidísima. El sistema de fragmentos como escenas me gusta mucho y es muy comunicativo con los lectores. Ágil.

miércoles, 9 de junio de 2010

BSO de La traición de Wendy


He creado un recopilatorio musical de temas que me gustan y, naturalmente, asocio a la novela bien porque sean consecuentes con lo que cuento o por otras asociaciones absurdas. Para quien quiera escucharla, aquí va una lista de Spotify que a continuación describiré con elevadísimo riesgo de spoilers, de modo que si aún no has leído el libro, te recomiendo que no sigas...

1. Blood Red Bird -Giardini di Mirò: el tono extraño y oscuro de esta composición es ideal para el comienzo con la incertidumbre del preludio y los miedos infantiles ¿e infundados? de Ruth.

2. Si Peter Pan viniera -Ismael Serrano: era evidente. Anuncia la llegada del niño volador y nos ofrece una muestra de esa traición que encubrimos mediante crecimiento y olvido. El desencanto de los cuentos infantiles hechos realidad.

3. This Wind, Temptation -David Fonseca: el ritmo de la canción me hace idear a las niñas volando por el cielo de Londres, camino a Nunca Jamás, así como la tentación de las promesas que hace el niño. Un punto optimista antes de la barbarie.

4. Wild Horses -The Sundays: se trata de la cover de una canción de The Rolling Stones. Cuando no está disponible, me conformo con la versión que hace Alicia Keys en su Umplugged. Los caballos salvajes que trotan como potros desbocados en el pecho de Ruth ante las promesas de Peter y las primeras amenazas.

5. Close your eyes -Micah P. Hinson: cierra los ojos, Ruth, apriétalos bien fuerte si no quieres saber dónde te encuentras. La oscuridad. El miedo. Volver a ser una niña indefensa. Y la voz desgarrada de Hinson en su viaje al centro del gospel. No está en Spotify, pero sí aquí.

6. Faust Arp -Radiohead: antes de nada, me parece incomprensible que este tema atípico no aparezca en Spotify (como iba por libre de la discográfica, supongo que pasarían de colgar el disco In Rainbows). Total, es una canción tan atípica, tan extraña y con una atmósfera tan enfermiza como la que se respira en el sótano. La única alternativa, y sólo la acepto como mi canción preferida, sería Creep de la misma banda, que a su vez serviría para definir la percepción que tienen las chicas de Peter Pan.

7. Back to black -Amy Winehouse: ninguna canción del DISCAZO homónimo necesita justificación. Back to black es el infierno, los "cien días" encerradas, los muertos y toda la pesadilla cantada con el dolor del mundo en la voz de una mujer. Chapeau.

8. Te ofrecí -Tulsa: en cuanto Ruth sale del sótano, empezamos a entrever los motivos, la maldición de Peter. Te ofrecí representa los pactos de Nunca Jamás, de las sirenas a las hadas, pasando por los piratas o los indios. Y frases como ésta, "Me mordí la lengua para no gritar cuando me dijiste que no querías crecer mas", reflejan ese crecimiento que a posteriori se adivina incluso sexual.

9. Ya ves -Ismael Serrano: ya ves, a veces me canso de ser hombre y también me agota escuchar que todo va bien. Y no existir si no me miras tú... Peter Pan comienza a humanizarse ante nosotros y la historia tan especial que vivió con Wendy comienza a calar en todos. "Quieta ahí, tus labios o la vida". Da escalofríos...

10. Please, please, please let me get what I want -The Smiths: porque son los Smiths, carajo, y porque el niño ya está tocado y en su herida se vuelve caprichoso como todos los niños y exige que Wendy cumpla su promesa, que no crezca, maldita sea, Wendy, recuerda cómo se volaba. El hecho de que sea un tema de una banda tan mítica como The Smiths le aporta ese toque atemporal para emplazarla en el flashback.

11. It doesn't matter -Alison Krauss: naturalmente, el capítulo "Fue terrible aquel año" es el que lleva la voz cantante, ya que en él se cierran los hilos procedentes de Peter Pan y Wendy, y además entronca con la epopeya de Ruth. Aquí Peter se encuentra abatido y trata de averiguar cómo recuperar a Wendy. No importa lo que quiere, lo que necesita...

12. Hero -Regina Spektor: podría ser toda la canción las palabras de Campanilla a Peter. Viene a decir: "el pobre ni siquiera se lo vio venir". Peter Pan es el héroe de la historia, no necesita que lo salven...

13. Semilla en la tierra -Carlos Chaouen: Ésta ya es una canción desengañada que extrapola el amor a la muerte. Sentencias como "la vida se ríe porque para ella somos tan leves como el humo azul que del pudor se desprende". Esa vida que vive por compasión, esa dinámica de seguir por inercia, la maldición en la que ha entrado de lleno Peter. Ya está loco. No me pidas tanto, corazón...

14. Como tú me prefieras -Carlos Siles: una Ruth que ha crecido, un Peter que es un fantasma, un reflejo de lo que era (y yo que creía que tenía cara de muerto; será que tengo miedo), incluso una Eleanor que debe mentir para escapar de su pesadilla. Todos tienen miedo, nadie confía en nadie, tal vez los niños sean capaces de doblegarse, de convertirse en una mueca para salvar el pellejo. Dime sólo YO TE QUIERO y a mí ME GUSTAS ASÍ.

15. Suzanne -Nina Simone: Suzanne murió, era una redshirt cualquiera de la novela, pero nos deleitará con un momento grotesco en el que Peter canta esta canción "a pleno corazón".

16. Rumpus -Karen O and the Kids: suenan ritmos tribales y gritos de niños. Rugientes, indios y Niños Perdidos se enzarzan en una pelea, que si piratas por aquí, ahí está la casi inocencia. Sin duda, y a pesar de que las guerras tienen muchas bajas, de los temas más positivos de este recopilatorio.

17. Beyond here lies nothin' -Bob Dylan: creo que no puede haber mejor profeta de la muerte y el caos que papá Dylan con un tema tan pegadizo y a la vez oscuro como éste. La mina se viene abajo, sí... ¿y qué? Que trae muertes, muchas muertes. Bailaré sobre tu tumba, dice la amenaza. Y el eco de Poe...

18. Beautiful madness -Juniper: Juniper era la banda irlandesa de Damien Rice antes de que éste diera el salto por libre. Me fascina también el tono turbio y emotivo de la canción que puede representar la locura de los campos de batalla, ya sea junto al Cementero de Elefantes, la Ciudad de los Muertos o cualquier otro espacio físico o mental. Por eso de que en la muerte existe la belleza, la extraña atracción que sienten los adultos, la exploración del amigo muerto. El tema, cómo no, aquí. Y un homenaje a la tumba de Wendy.
Your beautiful madness
My beautiful grief
Your dreams are my torture
Your dreams my relief


19. Destructores -Luis Arronte: otro 'de Granada' que bien baila, imposible de encontrar en Internet o en la vida real. "Destructores" hace referencia a las víctimas de la catástrofe en las minas, esos destructores hechos trizas. "Salva lo que puedas, que la casa se quema" ¿A alguien le suena de algo?

20. Trouble -Ray Lamontagne: Problemas por todas partes: que si pájaros gigantes, que si la Otra Ruth... y Nunca Jamás al borde del abismo. Qué mejor que el personalísimo folk de Lamontagne para afrontar el tramo final de la novela.

21. Say it to me now -Glen Hansard: un tema tan honesto, tan de confesión, de poner las cosas en su sitio como éste es el que servirá a Ruth para afrontarse a Peter y lograr acabar con la pesadilla. Venga, bonito, if you have something to say, you better say it now...

22. Elephants -Rachael Yamagata: supone el regreso al Cementerio de Elefantes (la de historias que guarda ese lugar, algún día contaré una de las que descarté) y también el love theme entre Kate y Avaricioso. Es la canción que sonaría en el momento de la despedida, ya sabéis...

23. Breathe me -Sia: "¡Intenta no respirar!", le dice Kate a Avaricioso. Pero al final se dejan llevar cada uno a su destino, donde los protagonistas volverán a retomar sus vidas y a ser libres. Es el único tema que puede cerrar una historia tan dura. Hold me up, unfold me and breathe meee... Porque de vez en cuando es preciso ser positivos.

Bonus track. Mira como tiemblo -Fede Comín y Elena Bugedo: una canción adicional para un epílogo innecesario que habla de imposibles. Una canción que eleva el tono optimista del final y refuerza el mensaje feminista con versos como: "yo, que besé a Peter Pan en el balcón. Yo que no soy sexy débil y juro por Dios que tampoco costilla". Y el homenaje a Buenos Aires, ya que Fede Comín es argentino. Y acaba todo en un beso.

martes, 13 de abril de 2010

Intertextualidad



Me gusta tanto el terror... eso ya lo sabéis, amigos. Culpa de eso la tiene principalmente Stephen King, un escritor al que muchos consideran malo, aunque son evidentes destellos de genio como El resplandor o Carrie, por poner dos ejemplos. Un autor tan irregular te ayuda a discernir la paja del grano y a conocer a otros autores que se convertirán en indispensables para ti. En mi caso hay dos clásicos del
terror, por ejemplo, tan grandes como Edgar A.Poe o H.P.Lovecraft: ambos aparecen en La traición de Wendy de modo ciertamente destilado, pero con un propósito firme e indiscutible. Si mal no recuerdo, en la novela del Rey del Terror It(Eso), Pennywise repetía una y otra vez eso de: "Bailaré sobre tu tumba", frase que me he apropiado porque suena tan ortopédica y anglófona que es deliciosa. También fue King quien quiso que me enamorara de Borges, relación que hoy por hoy está en mejor forma que nunca. ¿Más cosas? Referenciadas aparecen dos novelas muy distintas entre sí: El país del miedo del sevillano Isaac Rosa la incluí porque mientras escribía mi novela leí la obra de Rosa y apareció una idea muy clara que entroncaba con la infancia, que para algo es uno de los pilares sobre los que se sostiene Wendy: el amor y la infancia. Hablaba del miedo, sí, y el miedo es algo inherente a los niños. La otra novela de la que hablaba la tomé por otra idea muy clara para referenciarla y se trata de El palacio de la luna, de Paul Auster. Tenemos, pues, a Poe y Lovecraft para el miedito; luego, para lo de la infancia y el miedo a crecer está la evidente El señor de las moscas, cabeza de cerdo mediante, que de momento son las referencias más importantes. Ya sabéis, Goldwin supo emplear los elementos y simbología esenciales para describir la anarquía en la que viviría un puñado de niños perdidos náufragos perdidos con todas sus consecuencias (muy crudas). Eso, claro, si obviamos que en algún párrafo me creí Bolaño (y, por ende, mi editor me sugirió algunos cambios). Y no sé cómo he logrado escribir todo esto sin volver a citar el disco homónimo Ismael Serrano, ya que el hilo (ar)romántico de la novela es, junto a algún devaneo amoroso del que escribe, esencialmente la sinergia que provocó este libro.

In memoriam -Susanne