La escritora Pilar Gil, sobre La traición de Wendy:
Ayer leí La Traición de Wendy. No soy la más indicada para hacer crítica literaria en este caso, porque la amistad, la admiración y el orgullo normalmente emborronan el juicio o en todo caso, por mucho que jures que lo que dices es cierto y (casi) objetivo, los demás no se lo creen. De todas formas lo intento, a ver si esta es la buena:
Me escandalizó la capacidad del autor, tú capacidad José Alberto Arias de convertir el paraíso en un infierno (“si te pierdes aquí estás bien jodido”) de carne, tierra, olor a podrido, sangre coagulada y depravación. También dientes. Peces con dientes. Sirenas hambrientas.
Pero ¿¿que has hecho hombre de Dios?? esa metáfora hiperbólica y obstinada: creces y creces. O te mueres. O se te comen el corazón o te lo comes tú.
El contraste entre el tono infantil de la narración y el Straubiano ambientillo de las descripciones es lo que me mantuvo pegada al libro. Salvaje.
Dices que querías escribir “una historia honesta”, creo que además es extraordinaria. Felicidades, el Premio Andalucía Joven Narrativa 2009, que lo avala es absolutamente merecido.
Y a partir de aquí todo puede empezar a sonar exagerado, así que solo os digo que lo compréis (que es lo que se hace con los libros) y lo disfrutéis.
Y lo mismo, pero según mi querido amigo, escritor e "hispanista" Álvaro Sergaleón:
Voy a ser breve y poco filólogo que estamos en verano.
La elección del título es inteligentísima: poético, meta literario, sonoro, y con conexión a arquetipos ya de la cultura como lo son Wendy y Peter, que inevitablemente está en el título, aunque invisible pero muy presente porque a quién sino iba traicionar Wendy.
El formato exterior de la edición y la reseña de la contraportada mienten un poco. Puede parecer una novelita infantil (no hay que olvidar las dimensiones de literatura infantil del original de Barrie) y no traduce el trasfondo sangriento de muchas de las partes del libro, algunas expresiones del lenguaje, y alguna que otra escena gore. El lector (incluso infantil) puede ir buscando algo que no es. Muchos amigos artistas piensan que esto es interesante. A mí no me gusta: es hacer trampa. Pero eso es trabajo de editor. Y en realidad lo ha hecho bien: formato comodísimo, buena letra, ilustraciones vistosas… etcétera.
Ya la obra original de Peter and Wendy contiene un trasfondo siniestro. Utilizarlo como herramienta y núcleo de una contra novela es algo interesante. Durante la obra utilizas imágenes duras físicamente para impactar y esa herramienta funciona en muchas ocasiones pero en muchas otras, en muchas, creo que abusas. La parte de la cueva es buena, la mejor de toda la obra, en ella tiene sentido lo duro, pero…francamente conviertes esta baza en algo fácil y rutinario, perdiendo así la aportación de “terror”, siendo así una casquería sin impacto alguno porque vivimos en la era del imagen y la violencia visual es pan nuestro de cada día.
Magistral la búsqueda de WEEEEEEEEEE-EEEEEEEEEEENDY del esclavo demente de Peter. Eso sí que capta lo oscuro de la versión tiránica del Nunca Jamás de Peter. Las sirenas cazadoras también son un acierto. La maldad en Nunca Jamás tiene que ser más sicológica no física pues es un mundo que nace de la imaginación.
¿Esclavizar a niños en las minas de Nunca Jamás? ¡Me encantó! Tiene muchas lecturas. Al igual que las descripciones que haces en la misma. Geniales.
Por cierto, la novela se lee sola: rápida y sin complicaciones.
El final de Buenos Aires no me gusta nada. Me corto mucho el rollo. Me da la sensación de postizo y artificial como un poner por poner. Al igual que los tonos metaliterarios del mismo…esa historia me parece fácil, tópica…Al igual que el golpe heroico de la nueva Wendy cerrando la ventana…
¿Los personajes que más me gustaron? ¡LOS INDIOS! ¡LOS INDIOS! Me ilusionaron muchísimo. Esa parte de la novela ¡me fascino!
¿Los personajes que no me gustaron? La otra Wendy, la abuela escritora… vamos, esa parte, como ves, no me gusto nada. Ruth, la de Nunca Jamás, sí me gusto. Esas heroínas tan televisivas…sabes que a mí también me gustan. Pero ¿Peter escribiendo cartas? No. ¿Peter sabía escribir? ¡Peter NUNCA JAMÁS escribiría así!
Me leí la novela como el que bebe agua fresquita….agradable, agradable de leer, sencilla y, sin duda, entretenidísima. El sistema de fragmentos como escenas me gusta mucho y es muy comunicativo con los lectores. Ágil.
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